Es una de las antiguas ciudades mayas más hermosas de la región. Una gran metrópolis, cuya riqueza de edificios y estilos, dan una idea precisa del enorme poder político, económico y religioso que tuvo lugar entre los años 600 y 1200 de nuestra era. Al entrar a esta ciudad desde el Nohochná, disfrutarás de una vista de conjunto y de las más importantes estructuras monumentales.
Desde aquí es fácil imaginar cómo sería Edzná en su máximo apogeo, llena de color, gentío y movimiento. Su imponente Templo Pirámide de los Cinco Pisos sobre la Gran Acrópolis se eleva 39 metros sobre el extenso Valle de Edzná, una de las regiones inundables más fértiles del estado que llevó a los constructores de esta ciudad a diseñar un extenso sistema de canales para almacenar y distribuir el agua de las lluvias y así reutilizarla en las épocas de secas.