Fue construido a los pies del fuerte de San Miguel, en las costas de sotavento, en el último tercio del siglo XVIII, se encuentra en perfecto estado de conservación a diferencia de otros que han desaparecido con el tiempo.
Su planta es rectangular y está rodeada por un foso, dos garitones volados miran hacia el mar. Actualmente está resguardado por la Secretaría de Marina y puede visitarse como un atractivo turístico de la ciudad.