Palizada es una de esas poblaciones donde el tiempo se detuvo para bien. Un lugar donde su gente y sus edificaciones conviven en una armonía que encanta.

Ubicado al suroeste del Estado, este era un antiguo puerto ribereño donde el intercambio comercial con Europa de maderas como el Palo de Tinte o Palo de Campeche lograron darle la fisonomía que hoy admiramos.

Declarado “Pueblo Mágico” el 24 de febrero de 2011, por su historia, su cultura, tradiciones, belleza arquitectónica y atractivos naturales.

Se puede caminar por sus calles admirando sus casonas hasta llegar al malecón donde podemos admirar una réplica de la Estatua de la Libertad, otorgada a los paliceños por el valor demostrado en las diferentes luchas en las que el estado participó.

La iglesia de San Joaquín destaca por encima de los techos de teja francesa, y en los meses de agosto se viste de gala para celebrar al santo patrono con diversas actividades artísticas, culturales y religiosas.